26 de noviembre de 2010.
Luces muy grandes
- Escalabilidad
- Confort térmico y acústico, luz natural
- Condiciones de trabajo confortables
Cargolux es una sociedad luxemburguesa de transporte aéreo que ha construido un centro de mantenimiento para sus unidades de jumbos. Lanzado en 2003, el proyecto está definido por una serie de objetivos enmarcados en un enfoque de alta calidad medioambiental innovador.
La empresa Cargolux demuestra a través de este proyecto de construcción industrial ultramoderno su interés en respetar el lugar donde se implanta y proporcionar condiciones de trabajo confortables a todos sus empleados mediante un esfuerzo especial en la organización de espacios y de zonas de tránsito, así como en el aspecto térmico y acústico. La sociedad busca una arquitectura a su medida, original y eficaz al mismo tiempo, caracterizada por la articulación de los volúmenes que reproducen diferentes niveles y facilita la recuperación de la luz natural en todo el edificio. La estructura y la cubierta son totalmente en acero y están adaptadas al objetivo específico del edificio.
Programa industrial de gran magnitud, organización humana
El edificio está ubicado en la zona sur de las instalaciones del aeropuerto de Findel, a 500 metros de las pistas y emerge del paisaje como un inmenso barco de color claro, con excepción de las aperturas de la fachada norte de color «rojo Cargolux». Las instalaciones están ocupadas las 24 horas al día los 7 días de la semana y alojan una media de 250 personas al día, de las que la mayoría son mecánicos especializados.
Está compuesto por el propio centro de mantenimiento –con diferencia la parte más impresionante con 200 metros de longitud, 140 metros de anchura y 42,5 metros de altura hasta el canto – y por una «casa de invitados», que incluye el acceso desde el estacionamiento elevado de dos niveles, la unidad de cogeneración que proporciona parte de la energía consumida en el edificio y la cantina. La pasarela es el único acceso peatonal hasta la zona aeroportuaria bajo control aduanero y conecta los dos complejos desde la planta de la casa de invitados. En frente de la fachada norte, un área de hormigón de 25 000 m2 permite estacionar cuatro aviones.
El centro de mantenimiento cuenta con un hangar doble de gran altura, de 200 metros de largo por 98 metros de anchura (casi 20 000 m2 de superficie de planta), con talleres en el límite sur (7000 m2) y oficinas (3300 m2). Dos aperturas idénticas forman la zona norte por la que se introducen los aviones, en marcha atrás o marcha adelante. El vestíbulo permite velar por el mantenimiento de aeronaves de tipo Boeing 747 para los controles rutinarios de tipo A –muy rápidos y C –de una semana o más para probar la mayoría de los componentes y, eventualmente, sustituir algunos. Cada mitad del hangar puede albergar un Boeing 747 o varias aeronaves de menor tamaño. Las dimensiones también permiten alojar el A380 de Airbus y el Antonov 225, lo que posibilita la evolución del centro de mantenimiento.
El responsable del proyecto de Cargolux José Mendieta destaca: «La organización interna es el resultado de un estudio especial para minimizar la duración de los desplazamientos y administrar óptimamente los diversos flujos». Y el arquitecto Jean-François Schmit señala: «el objetivo es llevar al personal más cerca de la aeronave, del núcleo de sus actividades de trabajo». De este modo, los talleres están ubicados entre la planta baja y el primer piso, lo más cerca posible del vestíbulo; un segundo piso parcial, situado en el límite del vestíbulo, alberga una sala de máquinas. En la planta baja se encuentran los talleres pesados. Están separados de los almacenes por una vía interior de circulación a lo largo de los 200 metros de longitud del edificio, accesible a vehículos eléctricos. En el primer piso, los talleres ligeros del primer piso están conectados directamente con el nivel adicional intermedio –entrepiso técnico de 1500 m2 situado a 5 metros de altura en la parte posterior del vestíbulo– mientras que las oficinas están dispuestas en un espacio abierto a lo largo de la fachada sur. Una quincena de metros separa las oficinas del vestíbulo.
Luz natural y ruptura de escala
Desde el exterior, los tres tipos de espacios del edificio principal se incluyen en un mismo movimiento, que es a la vez flexible y nítido y que optimiza el aporte de luz natural al interior y suaviza la ruptura de escala entre el vestíbulo, que se eleva a 42,5 metros y la zona de oficinas y talleres, 30 metros más abajo. Gracias a ello, el vestíbulo doble se visualiza como una sucesión de volúmenes encastrados, con la «caja de puertas» de la fachada norte y las tres naves de altura creciente, cuyas vidrieras traslúcidas de policarbonato se dirigen verticalmente sobre las fachadas laterales. Estas «bocas», como las designa el arquitecto, se obtienen mediante el montaje transversal de elementos de la fachada lateral, que crea la forma necesaria. Capturan la luz del norte y, complementadas por grandes ventanales verticales que forman una vidriera inmensa en cada apertura y proporcionan una luz homogénea al interior.
Las fachadas este y oeste están revestidas con un cerramiento de acero blanco, fabricado específicamente por ArcelorMittal con un perfil más marcado de lo habitual y asociado a perfiles estándar, que pone de relieve el montaje transversal de las ondas que siguen el contorno de la pendiente de las naves. Este diseño acentúa el efecto de fuelle creado por la secuencia de los volúmenes y, desde lejos, recuerda a «las velas de un junco asiático», afirma el arquitecto. La fachada sur del vestíbulo está revestida con un cerramiento metálico gris claro con una línea suave, casi vertical, que cubre los elementos técnicos necesarios para el funcionamiento del vestíbulo. Se extiende horizontalmente con la cobertura de las oficinas y, a continuación más abajo, con la terraza con vegetación que las rodea, por encima de los almacenes.
En la articulación del vestíbulo, entre los talleres y las oficinas, hay cinco patios que proporcionan luz adicional.
Diseño estructural a medida
El vestíbulo es sin duda el espacio más espectacular del edificio, con su laberinto de vigas que constituye el inmenso techo soportado por algunos pilares. Más modesta es la estructura pilares-vigas de las oficinas y talleres. Para poder pasar los conductos técnicos, las vigas son en parte alveolar en la planta baja y de alma llena en el resto de lugares. En el espacio de oficinas, los pilares tubulares forman parte de la sencillez de la decoración, así como las chapas perfiladas de los techos aparentes. Los techos acústicos y las mamparas de tela roja, puestas para mejorar el confort acústico, proporcionan un toque de color e interrumpen la monotonía de la longitud del espacio abierto.
Vestíbulo
El vestíbulo está diseñado para que los aviones puedan entrar y salir marcha atrás o marcha adelante indistintamente. Las dimensiones son correspondientes a la utilización, así como la disposición de las herramientas a través del vestíbulo. De hecho, el volumen libre de cada mitad del vestíbulo se demarca en un cuadrado de unos 100 metros cuadrados de lado y está cubierto a 29 metros de altura con una estructura metálica cuya altura se incrementa con la de las naves para mantener un plano horizontal. La estructura, cuyo peso se acerca a las 4500 toneladas, está diseñada y calculada de acuerdo a las cargas climáticas –las cargas del viento son muy importantes– y, más concretamente, a la carga de explotación. De este modo, los puentes grúa de 23 metros y 46 metros de alcance están suspendidos de la estructura. Están conectados entre sí para poder desplazar cargas a lo largo de todo el volumen del vestíbulo. Su capacidad de elevación máxima es de 15 toneladas (peso de un motor de A380). También se ha tenido en cuenta la posibilidad de instalar teleplataformas.
La estructura de acero está compuesta por vigas maestras y por correas realizadas básicamente a partir de perfiles estándar. La luz atravesada es de cerca de 100 metros en ambas direcciones. A nivel de cada nave, hay megavigas de la altura de la estructura, desde 8 hasta 12 metros en función de la posición, que se apoyan sobre los pilares-mallazos laterales que forman las bocas y sobre una fila central de pilares de tipo compartimento, articulados en ambos extremos, en el punto medio de la longitud del vestíbulo. El apoyo central está marcado por la forma en Y de uno de los pilares de tipo compartimento. El espesor de la chapa es de 80 milímetros para las megavigas y de 50 milímetros para los compartimentos de los pilares. Las vigas se montaron en el suelo, se izaron y colocaron en su posición final usando grúas y torres de montaje, a partir de la parte sur del vestíbulo, de la nave más alta a la nave más baja.
Cada una de las grandes aperturas de la fachada norte se cierra mediante puertas correderas. Las puertas deslizan las unas sobre las otras y forman una abertura en función de las dimensiones del avión concreto. Este sistema permite abrir totalmente una apertura. En la posición de cierre, las puertas son muy estancas, lo que evita las pérdidas de calor.
El sistema de calefacción del vestíbulo consta de paneles radiantes de agua, colocados a nivel de la estructura, asociados a ventiladores de aire para mantener la temperatura del suelo constantemente a 18 °C. Un sistema puntual aporta aire caliente en caso de caída repentina de la temperatura, con motivo de la apertura de las puertas, por ejemplo.
Equipos técnicos integrados
La protección contra incendios está compuesta por una red de rociadores de tipo «diluvio», integrada a la estructura. Los pilares de la fila central están protegidos contra el fuego por medio de pintura intumescente.
Una galería en forma de U soterrada bajo el vestíbulo permite alimentar las «trampillas aeronáuticas», puntos de conexión de los diferentes fluidos y corrientes. Estas trampillas están empotradas en la losa del suelo a lo largo de la periferia de los aviones para facilitar las tareas de los mecánicos.
La losa de hormigón armado reforzado con fibras de acero de entre 30 y 45 cm de espesor ha sido especialmente calculada para soportar el gran peso de los aviones.
Una iniciativa responsable
Además de las decisiones arquitecturales, especialmente las relativas a los sistemas de iluminación y a la distribución de los volúmenes, la elección de los materiales y de las empresas permitió minimizar el impacto de la obra en la zona circundante y las distancias de transporte, así como el impacto continuo derivado del funcionamiento del edificio. Se llevó a cabo un proceso de consultas con los pueblos afectados por la instalación del nuevo edificio en el paisaje. El 65% de las empresas adjudicatarias son luxemburguesas y el resto proviene de los países limítrofes. El alto grado de prefabricación de los elementos de construcción redujo aún más las intervenciones en la obra.
Por otra parte, el énfasis en las condiciones de trabajo determinó muchos aspectos. La condición del aislamiento eficaz en todo el edificio reduce el consumo energético. La particular geometría del plan del vestíbulo, especialmente la posición de las fachadas laterales, contribuye al confort acústico del vestíbulo.
El tratamiento de la luz y las vistas producidas en la cercanía produce consecuencias inmediatas en el exterior:
- en diferentes alturas de las fachadas del vestíbulo, las franjas de vidrio ofrecen atisbos visuales y luz natural para ahorrar energía y aumentar el confort visual;
- desde la zona de oficinas, el tejado-terraza está ligeramente inclinado para llevar la vista a lo lejos, sobre el paisaje;
- los patios iluminan los talleres y las oficinas.
Por último, desde 1979, Cargolux participa en la formación de jóvenes mecánicos aeronáuticos en colaboración con una escuela profesional. Cada año, se forma a una decena de estudiantes en la empresa, que a menudo se convierte en su primer destino profesional.
Al emprender este proyecto industrial excepcional, Cargolux ha decidido llevar a cabo un proyecto humano y la arquitectura final es una prueba inteligente de ello.
Texto : Eve Jouannais
-Promotor: Cargolux
-Control de obra: AIMAe, Agrupación europea de interés económico compuesta de:
Jean-François Schmit - Estudio de arquitectura y creación industrial, Jean-Luc Dupanloup, jefe de proyecto ;
RFR Ingeniería (estructura) Nicolas Prouvé, director del proyecto ;
Ingénierie studio, groupe SNC Lavalin, Laurent Rousseau y Xavier Daujan jefes de proyecto
-Constructor metálico: Agrupación de empresas Donges y Queck Stahlbau
Superficie : 34 000 m2
Presupuesto: 67 000 000 euros
Entrega : mai 2009
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