30 diciembre 2008
Herzog y de Meuron, diseñadores del Estadio Olímpico de Pekín, la torre Jenga en Nueva York o el Project Triangule de París, llegan a Madrid y venden… ¿Una torre galleta bañada en té?. La idea es crear un oasis de inspiración árabe en los desérticos suburbios de Madrid.
Los edificios principales son largas pastillas horizontales y de sólo tres plantas de altura. Entre unos y otros habrá un enjambre de árboles, diferentes en cada zona. Un “microclima análogo al de un jardín árabe”. Y en un lado, un vaciado en la que se incrusta esa torre-galleta.
En cuanto a las ya imprescindibles energías renovables, los tejados estarán cubiertos de placas fotovoltaicas y además podrá procesar el agua de lluvia que caiga en el desierto. La temperatura de los suelos estará regulada con agua y la de los jardines estará controlada. www.gizmodo.es