22 enero 2009.
El recientemente clausurado aeropuerto de Tempelhof, el histórico aeródromo que salvó a Berlín occidental del bloqueo soviético sufrido de junio de 1948 a mayo de 1949, podría convertise en un importante plató de rodaje, según los planes de los tradicionales estudios cinematográficos alemanes Babelsberg.
Los estudios de la localidad de Potsdam, cercana a Berlín, quieren convertir el Flughafen Tempelhof (aeropuerto Tempelhof) en un centro que bajo la denominación "Filmhafen Tempelhof" albergue un lugar de producción cinematográfica.
El lugar también tendría un palacio de congresos de libre acceso, así como un complejo de viviendas y oficinas para personas del mundo del cine y los medios de comunicación, explicó su director, Carl Woebcken.
Los estudios Babelsberg no quieren de ningún modo que el enorme edificio, protegido por su valor histórico, sea fracturado y desestructurado. "No tenemos ningún interés en alquilar sólo un par de hangares", dijo Woebcken.
Cerrado por falta de rentabilidad el 30 de octubre, el futuro de Tempelhof, el mayor edificio de Alemania y el tercero del mundo, sigue siendo incierto.
En el país europeo todos son conscientes sin embargo de que ese edificio, que alberga entre otros un gimnasio del Ejército estadounidense, un archivo sobre el aeropuerto, un antiguo departamento de los servicios secretos estadounidenses y un búnker en el que aparentemente los nazis quemaron algunos de sus documentos antes de perder la Segunda Guerra Mundial, es una joya histórica con un incalculable potencial.
Tempelhof podría convertise así en un Museo de la Aviación, albergar el Museo de los Aliados, un polideportivo, urbanizaciones y escuelas, entre otras opciones.
El senado de Berlín está estudiando las diferentes propuestas presentadas a concurso, entre ellas la de crear el "Filmhafen Tempelhof" propuesto por los estudios Babelsberg, pero no dará a conocer su decisión hasta finales de mes.
Si esa idea resultara vencedora, Babelsberg contaría con un espacio para la producción cinematográfica algo menor del actual, pero según dijo Woebcken podrían crearse nuevos puestos de trabajo y atraer a productores internacionales.
Desde 1917, de los estudios Babelsberg han salido clásicos del cine como "El ángel azul" o "Metrópolis". Algunas de sus películas más actuales son "El lector" y "Operación Valkyria".
Berlín conmemoró a mediados del 2008 el 60 aniversario del puente aéreo, la primera gran batalla de lo que luego se conocería como la Guerra Fría y la mayor operación aérea humanitaria de la historia, organizada para romper el bloqueo soviético del sector occidental de la ciudad.
A lo largo de más de 11 meses, entre el 24 de junio de 1948 y el 12 de mayo de 1949, las fuerzas aéreas aliadas occidentales realizaron un esfuerzo hercúleo y llevaron a la práctica una operación que se planteaba como imposible para abastecer por el aire a los dos millones de berlineses que se encontraban sitiados.
El pasado mes de abril, los berlineses sometieron a referéndum el cierre de uno de los aeropuertos hasta el que llegaban los suministros, Tempelhof, y la mayoría votó a favor de su clausura definitiva, que se llevará a cabo el próximo otoño.
Todo comenzó en 1948, cuando el Ejército Rojo y las milicias comunistas del Partido Socialista Unificado (SED), que posteriormente gobernaría la entonces no existente República Democrática Alemana, cortaron todas las líneas de ferrocarril y carretera que conducían al sector occidental de Berlín, así como el suministro eléctrico.
El régimen de Stalin pretendía doblegar a los ciudadanos de los sectores de ocupación estadounidense, británico y francés y forzar la retirada de las fuerzas militares de los tres aliados occidentales para asumir el poder sobre toda la capital alemana.
Cerca de 280.000 vuelos.
El gobernador militar de Estados Unidos para Alemania, el general Lucius D. Clay, fue quien dio luz verde a la operación aérea, que fue llevada a la práctica por el general William H. Turner, el mayor experto en transporte aéreo de EEUU, quien durante la Segunda Guerra Mundial organizó el suministro por el aire a través del Himalaya de los aliados chinos en la guerra contra los ocupantes japoneses.
"Podemos transportar todo a cualquier parte en cualquier momento" dijo Turner enfrentado con el reto, para advertir seguidamente a sus subordinados que "si yo soy capaz de trabajar 20 horas al día, vosotros debéis hacerlo por los menos 16".
Cientos de aviones estadounidenses y británicos fueron movilizados para participar en el puente aéreo, que se inició oficialmente dos días después de comenzar el bloqueo y que, hasta su fin, realizó cerca de 280.000 vuelos para el transporte de mas de 2,3 millones de toneladas de mercancía.
La complicada operación se llevó a cabo por los tres corredores aéreos que conducían a Berlín: al norte desde Hamburgo, en el centro desde Hannover y al sur desde Fráncfort, con hasta 17 tipos distintos de aviones, aunque fundamentalmente de los modelos Douglas C47 Dakota y Douglas C54 Skymaster.
Mientras los corredores norte y sur eran usados para dirigirse a Berlín, el central era la vía de retorno de los aviones, que aterrizaban en la capital alemana con una frecuencia de tres minutos y solo disponían de un cuarto de hora para descargar.
El puente aéreo, con aviones que volaban incesantemente noche y día y que solo tenían una oportunidad de aterrizar -debían volver a su base con la carga si no lo conseguían-, alcanzó su máxima frecuencia de 31 segundos para una sola jornada en los días 15 y 16 de abril de 1949.
Berlín Occidental disponía de los aeropuertos de Tempelhof y Gatow para recibir la ayuda humanitaria, así como el gran lago de Wannsee al que volaban permanentemente hidroaviones militares con la preciada carga de alimentos y carbón, pero también de papel para las rotativas de los diarios, medicinas y otros artículos de primera necesidad.
Los aviones Dakota, que abrieron la operación y llevaban todavía en sus fuselajes los distintivos de su participación en el desembarco de Normandía, fueron bautizados inmediatamente por los niños berlineses como "Rosinenbomber", los bombarderos de uvas pasas, cuyos pilotos, antes de tomar tierra, lanzaban golosinas por las ventanillas.
Homenaje a los pilotos aliados:
La magnitud de la operación forzó a los aliados el 4 de agosto a iniciar las obras de construcción de un nuevo aeropuerto en el barrio de Tegel, cuya pista de aterrizaje, de 2,4 kilómetros y entonces la mas larga de Europa, fue finalizada en tan solo 85 días con la ayuda de 19.000 berlineses, fundamentalmente mujeres.
El puente aéreo que preservó a Berlín Occidental de caer en la esfera comunista tiene su monumento ante el viejo aeropuerto de Tempelhof, que está a punto de cerrar sus puertas tras marcar la historia de la ciudad.
Ante el memorial, un semiarco de hormigón con tres puntas que recuerda los tres corredores aéreos, se reunirán esta semana varias docenas de pilotos estadounidenses y británicos, pero también canadienses, australianos o franceses que participaron en la operación.
A lo largo de la misma se estrellaron un total de 26 aparatos en los que perecieron 88 tripulantes para realizar una misión que finalizó cuando el régimen de Stalin levantó el bloqueo al comprender que los aliados occidentales, pero fundamentalmente Estados Unidos, no podían ni querían ceder ante las presión soviética.
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