20 abril 2009.
Los bosques alrededor de la casa oscurecían la zona, por lo que el vidrio tomó protagonismo en la construcción con la finalidad de garantizar la mayor cantidad posible de luz natural en el interior, pero sin dejar de mantener la línea divisoria entre lo público y lo privado. El plan de la construcción se dividió en tres largas franjas perpendiculares al camino. La franja inferior y más al sur se reservó para el jardín, la franja del medio contiene la casa propiamente dicha y la franja del norte ofrece la mayoría de los accesos a la casa.
El diseño del trazado se repite en el programa de la casa, que también se divide en tres franjas sobre los 30 metros a lo largo de la construcción. La sección oriental, a la calle, contiene el área de las funciones públicas, mientras que la sección occidental, más retirada de la calle, está reservada para las actividades más íntimas. Para crear apertura y ligereza y garantizar a los residentes la vida al aire libre la casa está completamente orientada hacia el jardín en el sur. Cada habitación da directamente a este jardín, ya que tres de las cuatro fachadas son de vidrio.
La espaciosa terraza de madera conforma una sala al aire libre, cubierta en parte por un toldo de madera apoyado en soportes de acero que se estrechan hacia arriba, lo que le da la apariencia de estar flotando.
Paul de Ruiter | Foto: Pieter Kers